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Diario de una naranja completa - Capítulo XVI

Cuando uno quiere ver cosas, las ve aunque no estén allí. Qué increíble el poder de la

mente.


Fui al Lounge de nuevo con mis amigas, esta vez sintiéndome con más energía, además de

que estaba modo detective así que eso me cargó las pilas.


Modo detective. Gia está dispuesta a todo.

Llegamos al sitio y no paraba de ver a los lados a ver qué veía que me pudiera dar

información. (Vaya manera de malgastar mi tiempo poniendo el foco en mi ex y no en mi)

Ahora que lo recuerdo ese sitio es maravilloso, la decoración, la banda, la música, todo... y yo solo estaba tratando de atar cabos para una información que en NADA podría sumarle a mi vida.


Mi ex no apareció por ningún lado, mi amiga la que compartía mucho él si. Yo estuve toda la noche leyendo su lenguaje corporal, pendiente de cuando se ausentaba, la forma en que respondía los mensajes, etc; hasta ahora no se decir si hablaba con mi ex o no, pero yo me imaginaba que si, aunque no tuviese ni un solo indicativo de que fuera con intenciones románticas.


Pero la semillita de la discordia entró cuando en un momento llegó un mensaje a mi

teléfono, se enciendió la pantalla de inicio y se mostró un pedazo de ese mensaje aún sin

abrir.


El remitente era un nombre MUY parecido al de mi ex, de hecho era su nombre real,

porque todos le llamábamos por un diminutivo. El mensaje decía: "Vas a venir o no?"

Tardé unos segundos en darme cuenta de que ese no era mi teléfono, si no el de mi

amiga; solo que teníamos el mismo.


Le avisé que le había llegado un mensaje, ella lo leyó y respondió. Mi intuición me decía

que ese era mi ex, y no entendía por qué lo tenia guardado de esa forma. Así que no

aguanté más y le pregunté si quien le había escrito era él.


Gia encuentra resultados no tan esperados.


Ella se quedó atónita. Le dije que había leído una parte del mensaje pensando que era mi

teléfono. A lo que ella me dijo que si era mi ex, en seguida le pregunté que a donde iban a

esas horas de la noche (tipo 2:30 am), me aseguró que solo la estaba esperando para ir a

otra reunión. No lo puedo negar, aunque eso no tendría que significar nada inusual

porque ellos siempre compartían juntos, igual me sentí traicionada, y tampoco pude

aguantarme y preguntarle por qué lo tenia guardado con ese nombre, a lo que ella muy

incómoda con mi interrogatorio (obviamente) me dijo que así lo había guardado desde

siempre porque así le habían pasado el número de él.


Quizás era verdad, pero una mente condicionada siempre va a querer confirmar su

sospecha, así que me puse a hacer memoria de casi 3 años atrás cuando nos conocimos

con ella, a ver quien habría podido llamar a mi ex por ese nombre, y la verdad no se me

ocurrió nadie.

Vaya hallazgos con los que se ha topado Gia, parece que esto cambia el curso de su historia.

La paranoia es muy saboteadora; REPITO: yo no vi nada más allá de allí ese día, pero con lo que me contaba alguna gente de nuestro grupo, los rumores en el rubro de artistas, más esto, me puse muy en alerta y a cuestinar absolutamente todo.

La Gia de hoy se compadece de la Gia de ese momento, por la forma en que ella se metió en su propia novela tóxica; en una cacería de brujas que solo le dejó agotamiento emocional y un montón de momentos vergonzosos cuando el alcohol hacia su efecto y yo no podía controlar lo que salía de mi boca.


Fui grocera e imprudente con mi ex y esa amiga cuando coincidíamos en algún sitio; varias veces. Hasta que un día me di cuenta de que no quería hacerlo más, ademas de que una alarma se encendió en mi cuando vi que buscaba tomar alcohol y salir de fiesta para sentirme bien en medio de tanto dolor. Me asusté, sabia que mucha gente se quedaba

atrapada en vicios para evitar sentir, y ese día me prometí que yo no iba a ser una de esas

personas, así que decidí evitarlo hasta sentirme mejor por mis propios medios, y

enfocarme en mi terapia; o eso fue lo que intenté.


¿Lo que hace Gia es sano para su recuperación? Aprentemente esto la lastima aún más.


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