Capítulo XXXIV - Cambio de planes
- Gianni Berroteran
- 18 may 2024
- 4 Min. de lectura
Y como cuando dicen: “no puede ser peor”, pero si se puede. Bueno justo así...

Los días posteriores a mi noticia fueron muy agridulces. Por un lado amaba planificar todo
para irme a trabajar al crucero por el mediterraneo, nunca había estado en Francia así que
me emocionaba mucho viajar hasta allá para abordar. Ya varios amigos sabían de mi
despedida y estábamos planificando hacer una fiesta para eso. Estuve comprando cosas nuevas que iba a necesitar: Un nuevo teléfono para tomar muchas fotos y vídeos de la experiencia, una computadora nueva y más grande para ver Netflix en mi camarote, ropa y accesorios para los shows que me habían pedido, etc...
Por otro lado se sentía la ausencia de él, era frustrante porque yo sentía que habíamos llegado a un punto de más unión, y con esta propuesta fue como retroceder 10 pasos hacia atrás. Seguíamos compartiendo todo juntos, pero el muro entre los 2 se había vuelto a subir.
Quedaban 2 meses para que termináramos el contrato en Marrakeck, y en mi caso para
irme al crucero; pero algo en mi seguía con la esperanza de que podríamos sostener el
vínculo a distancia.
Lo se, ahí iba yo de nuevo a idealizar la situación, forzando en mi mente algo que no tenía
sentido, porque si estando en el mismo espacio físico no se concretaba nuestra relación, a
distancia sería mucho más difícil. Pero así funciona el amor Disney, no tiene mucho
sentido común.
Pero la vida nos tenía preparado un giro totalmente inesperado que NADIE vio venir y que
redujo mucho ese tiempo que yo creía tener para “re conquistarle”.

Una tarde nos llamaron a todo el equipo artístico a una reunión con el dueño del
restaurante (nuestro jefe); allí él se mostró muy preocupado por una situación de la cual elgobierno estaba alertando, y que el país iba a imponer ciertas medidas que se debían acatar inmediatamente.
A nivel mundial había una alerta de pandemia y los casos de un nuevo virus en Marruecos y otros países aledaños estaban aumentando, por lo que esa noche sería la última en la que el restaurante estaría funcionando, hasta nuevo aviso.
Todos nos asustamos, no entendíamos qué estaba pasando. Trabajamos esa noche y los días siguientes vinieron cargados de muchas noticias que nos asustaban más y más. El país estaba cerrado, nadie entraba ni salía. Nos llamaron a una reunión a los extranjeros para decirnos que nos pagarían lo que habíamos trabajado y esperaban unos
salvoconductos para enviarnos a los países de donde veníamos.
Allí lo supe, antes del tiempo pensado él se iría; y algo que me dolió más fue que él mostró
muchas ganas de hacerlo; y lo entiendo, todos entramos en pánico y queríamos estar con
nuestras familias.

La salida del país no fue posible de forma inmediata porque no estaban abriendo los
aeropuertos por nada del mundo. Así que nuestros días se convirtieron en estar en el
apartamento que compartíamos los 6 artistas, esperando por más noticias, y allí veía como nos íbamos alejando más y más.
Si hubo ciertos encuentros porque era inevitable, él me buscaba y yo creía en mi mente que quizás se había “dado cuenta” de que me quería; pero luego volvía a ser muy distante.
Sentía que habíamos vuelto al principio de la historia. Ya era bastante con la incertidumbre de la situación, encerrados, sin saber lo que pasaría, gastando los ahorros sin poder trabajar, con miedo a contagiarnos de algo que no sabíamos qué era; y de paso yo sintiéndome rechazada por alguien que no estaba disponible emocionalmente para mí.
Sin embargo, agradezco haber pasado la parte más difícil de la pandemia con ellos, nos
hicimos compañía, nos cuidamos y ayudamos mucho a transitar la peor parte.
Fue en esta época en la que empecé a estudiar cómo hacer contenido en redes, así que
esa era una de las cosas en las que invertía el tiempo, y él me ayudaba cada vez que se lo
pedía. Yo tratando de pasar más tiempo juntos, pero la verdad es que él tenía su cabeza
puesta en irse apenas pudiera, y cada vez que lo decía se me rompía el corazón.

Cuando te sientes más en peligro de perder a la persona que quieres, es cuando eres más susceptible a tomar peores decisiones. Como cuando uno de esos días de pandemia, fuimos a la villa de un conocido muy lujosa, con piscina y cuartos bellísimos, y el eligió un cuarto para él solo; eso activó en mi la necesidad de iniciar este juego de llamar su atención pensando que tener intimidad cambiaría algo. Y la verdad es que siempre salía peor, porque me sentía más vacía al terminar.
Y esto tiene una razón; cuando un sistema nervioso desregulado necesita atención y
aprobación para regularse, y tú crees que la única forma de que te elijan es que “te
deseen”, usas eso que ya conoces que él no va a rechazar para obtenerla; pero luego te das cuenta de que esa atención no es real, porque todo vuelve a ser como antes, después de tener intimidad.
Y eso me pasó muchas veces durante este período. Yo seguía buscando medicina en el
mismo lugar donde me enfermé, y cada vez más presionada por que sabía que en
cualquier momento llegaría el salvoconducto para que él regresara con su familia.
Commentaires