Capítulo XXVII - Reconocimiento
- Gianni Berroteran
- 23 mar 2024
- 4 Min. de lectura
Apenas iban 2 meses aproximadamente de este vínculo sin nombre, y ya yo estaba muy
cansada con el hecho de no sentirme completamente correspondida; y en vez de dejar de
elegirle, volvía a utilizar estrategias de mi niña herida como: “Quitarle mi atención a ver si
le importaba”.

Era un día de semana, y estábamos por terminar nuestra jornada de trabajo, y una de las chicas del grupo propuso salir de fiesta de nuevo; y aunque nunca había sido mucho de salir de fiesta, me gustaba hacerlo con este grupo porque era cuando más pasaban cosas con este chico; empezamos a arreglarnos luego de trabajar y para mi sorpresa él dijo que
esta vez no iba.
Lo que me cayó mal fue que no me lo dijo directamente, de nuevo me sentí como una
más, como si no existiese ese vínculo especial que yo creía que teníamos. Pensé incluso en no ir, pero se me encendieron las alarmas de “no parecer que solo lo hacía por él”, (era obvio que si, pero yo quería hacerme la que no).
Nos fuimos a la disco, y ahora me doy cuenta de lo que esta dependencia emocional
limitaba mi disfrute; yo solo pensaba en: “por qué no vino”, “qué estará haciendo”, etc...así
que le escribí.
Su respuesta fue que no tenía ganas de salir, que prefería quedarse en casa; y aunque
eran respuesta válidas; mi niña interior herida se lo tomó personal. Sentía que me estaba
rechazando y que no disfrutaba de salir conmigo tanto como yo con él.

Mis amigas me decían que dejara el teléfono a un lado, pero yo estaba muy arrepentida de estar allí y no disfrutar. Me di cuenta de que no me había empezado a gustar ir de fiesta todas las noches; lo que disfrutaba era tener la oportunidad de compartir con él para sentirme elegida.
Ahora veo que estaba rodeada de gente que quería en una ciudad mágica, tenía la
oportunidad de disfrutar con ellas, y mi mente estaba en otro lado sin poder conectar con el placer del disfrute, y eso mis corazones es DEPENDENCIA EMOCIONAL, no amor.
Cuando ya se estaba terminando la noche, unos amigos de una de mis compañeras nos invitaron a un afterparty; yo la verdad estaba contando los minutos para irnos a casa; pero luego se me ocurrió que esta era la excusa perfecta para darle celos. Yo solo quería ver “si reaccionaba”, así que me fui con ellas.
Teníamos un grupo de WhatsApp por el que montábamos fotos y vídeos, para saber
siempre donde estábamos. Así que mis amigas empezaron a compartir fotos y vídeos, y mi
plan funcionó, porque me escribió:

“¿Tú también te fuiste a ese afterparty?”
Fue como si el alma me volviera al cuerpo, tenía su atención de nuevo. Estuvimos allí unas 2 horas, y él no dejó de escribirme; de hecho acordamos que me esperaría despierto. Así que volvimos a casa y me fui directo a su habitación.
Él se veía incómodo, igual de simpático que siempre, pero extrañado de que yo me haya ido a un after. Me dijo que se sintió muy celoso y que no le gustaba sentirse así; por su parte escuchar eso a mí me encantó; porque así me sentía yo con él constantemente. Le dije que no se preocupara, que yo no estaba interesada en nadie más, y como broche de
“oro” pasamos la noche juntos. Y yo volvía a estar en la nubes por su puesto.
Ahora, puedes pensar que esto fue una buena estrategia porque al final obtuve la
“atención que quería”. Pero el CÓMO la obtuve dice mucho de la dinámica que se estaba
empezando a consolidar en este vínculo.
Si para que me elija tiene que sentir que me pierde (celos e inseguridad) ya es suficiente
información para darme cuenta de que ahí no es. Porque si solo muestra interés en mí
cuando está en peligro de perder mi atención, en vez de elegir cuidar esa atención que le
doy, regando la matita de la relación y abriéndose a construir algo conmigo; entonces no
está realmente interesado en mi, sino en los beneficios de novia que le doy, sin que él
tenga que esforzarse.
Pero yo esto no lo entendía en ese momento, yo de verdad creía que el “amor” era ese
JUEGO de poder, de generar una reacción en el otro, pero desde la manipulación. Porque
buscar dar celos es manipulación, es inmaduro y ninguna relación sana y duradera se
construye de esa forma.

Además, ¿qué clase de atención me estaba dando? Una atención a medias, que solo
llegaba cuando le era conveniente, y que no se correspondía a la que yo le daba a él. Pero
repito, yo tenía mucha responsabilidad en esto porque seguía dando de más creyendo
que esto haría que me dieran lo mismo; sin percatarme desde el principio de que si las
cosas no son recíprocas, NO ES una invitación a convencerle de mi valor; más bien es la
info que necesito para saber si yo le elijo también o no.
Erróneamente me tomé esta nueva información como “prueba” de que él si sentía cosas
por mi, porque creía que si “te celan te quieren”.
La pregunta era: ¿Para qué me quería él?
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