top of page

Capítulo XXV - No quiero compromisos, o si?

Pero si me involucré afectivamente con él, a pesar de que me dijo CLARAMENTE que no

quería una relación.


Me convencí a mí misma (sin darme cuenta) de que yo “tampoco quería una”, y de que

solo quería distraerme.




Eso puede funcionar para algunas personas y es válido, siempre y cuando los 2 involucrados estén de acuerdo y realmente ninguno quiera compromiso. El problema viene cuando uno de los 2 dice querer lo mismo que el otro para no “perderle”, pero en realidad inconscientemente (o de forma consciente también) está aceptando el acuerdo

mientras intenta hacerle cambiar de opinión.


Pues yo era la segunda opción.

Para él parecía estar súper bien, tenía mi atención y los beneficios de novia sin tener quecomprometerse; y no me engañó para hacerlo, fue bastante claro.


Para mí se hacía difícil por situaciones como la que te cuento a continuación:

Como grupo empezamos a salir un montón de fiesta, aprovechando las invitaciones como

artistas, y una de esas primeras noches me sentía súper bien porque él siempre estaba

conmigo, de verdad la pasábamos increíble juntos, hablando, bailando, y compartiendo

con nuestro grupo, pero mi sistema nervioso no dejaba de estar alerta; siempre estaba

pendiente de lo que miraba, de lo que hacía, decía, etc... ahora entiendo que aunque yo

me decía a mi misma que el acuerdo “sin compromiso” estaba bien para mí, yo ya estaba

muy involucrada emocionalmente con él, y al saber que él no lo estaba conmigo (o no

estaba claro) me comportaba híper vigilante, y qué forma tan agotadora de vivir.



Pero luego venía con su simpatía y atención, y sentía que estábamos bien.

Apego ansioso a todo lo que da.


Luego de las discos, casi siempre nos íbamos a un after party en casa de amigos, y yo percibía que su trato y comunicación giraban en demostrar que estábamos juntos, incluso

luego llegábamos a casa y terminábamos durmiendo y pasando la noche en su cuarto, lo que era el broche de oro para cerrar una noche genial; pero... de nuevo en la mañana, después de pasarme a mi habitación para comenzar el día, era cuando se mostraba distante y se sentía muchísimo eso de: “no quiero una relación de pareja”.


Y era allí cuando mi frustración me atormentaba, porque aunque todo en mí quería

reclamarle ese desinterés, sabía que no podía porque “se suponía” que yo tampoco quería

una relación.



De hecho fue muy duro para mí, escucharle hablar por teléfono con sus amigos una tarde antes de irnos a trabajar al show, y oírle referirse a mí como “una amiga”. Y claro que tiene sentido, no teníamos ni 1 mes viviendo y trabajando juntos, pero mi idealización no tenía

límites, y como yo estaba dándole el trato de novia, esperaba en el fondo que el me viera de esa forma.


Y acá está el problema de esto:

Cuando conscientemente te engañas para sostener a ese “casi algo” diciéndote que estás bien con el acuerdo, pero inconscientemente NO LO ESTÁS, tus acciones y mundo emocional muestran la realidad, aunque tú creas que no.


Esa noche bajamos al camerino del show a trabajar, y mi actitud era la de una niña

pequeña molesta y malcriada (mi niña interior herida que se sentía abandonada

emocionalmente por él), él me preguntó si me pasaba algo, y es que dejé de ser la chica

dulce y agradable, y así como la gente que está molesta y dice que no le pasa nada, pero

hace todo a los golpes; la inmadurez emocional me tuvo toda la noche trabajando de mal

humor.


Porque aunque tú quieras mostrar una cosa, tú sistema nervioso, tu alma, tu humor NO

PUEDEN MENTIR.



Y así sin darme cuenta, aún queriendo acercarle a mi, lo alejaba más y le daba más razones para confirmar su decisión de no tener una relación.


Y esto convirtió este vínculo en un ciclo vicioso de alejarle con mis reproches y luego buscar agradarle. Pero no todo era mi responsabilidad, el también comenzó

eventualmente a ser muy incongruente con lo de “no tener compromisos” y esa historia de frío y calor se las cuento en el próximo capítulo.


Comments


bottom of page