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Capítulo XXII - Un encuentro muy esperado

Gia espera fuera del aeropuerto su nuevo posible amor

El corazón se me iba a salir, estaba en la puerta del aeropuerto con mi saco de invierno, tratando de parecer lo más relajada posible, pero cuando tienes la creencia de que estar en pareja o tener pareja es lo que te hace más valiosa, y de paso estás ante la presencia de una posible relación, tu sistema nervioso se pone en alerta como pendiente del más

mínimo detalle para parecer perfecta.


Y no me malinterpreten, esto no sucedía en mi cabeza a un nivel consciente, es decir: la Gia de ese momento no sabía que todo esto estaba pasando en su cerebro, o no lo veía de esa forma. Para mí simplemente era la idea de que este chico me gustaba y la excitación por todo lo que es nuevo, pero ahora sé que esa versión de mí todavía tenía muchas carencias y vacíos de los cuales no se había hecho cargo, y por eso mi niña interior estaba eufórica, porque estaba a punto de encontrar una nueva oportunidad para convertirse en la salvadora de alguien, para ser finalmente elegida; y todo lo que le importaba era que esta vez si tenía que funcionar.


Abrieron las puertas de la terminal del aeropuerto y este chico salió con su chaqueta de

invierno y su maletita de sueños, porque él realmente quería ese trabajo. Me saludó con

mucho cariño, era incluso más simpático en persona que a distancia. Subimos al taxi y

empecé a darle una guía turística de la ciudad y a contestar todas sus preguntas, al mismo

tiempo de que trataba de parecer lo más tranquila posible, como quien “no quiera la

cosa”; Tanto así, que él mismo me preguntó si pasaba algo malo, porque al parecer no me

estaba comportando como la misma Gia que estuvo estos meses hablando con él por

teléfono. Ahora sé que me piloteaba la niña interior herida con estas típicas estrategias

inmaduras de “no demostrar lo que sientes” para que el otro no crea que tiene poder

sobre ti.


Llegamos al dinner Show, ahí estaba mi jefe y sus asistentes esperando para conocerlo y

hacer la prueba en vivo; esa parte, no me asustaba en lo absoluto, porque estaba

completamente convencida de que él era lo que mi jefe estaba buscando, no solo por sus

características físicas, sino por su talento. Así que la prueba empezó, y yo estaba

emocionada viéndolo tocar su instrumento y las reacciones de ellos.


La audición le salió genial. Mi jefe nos dió un buen feedback y nos dijo que iba a darnos un

par de días para hacer la negociación del contrato, estábamos muy contentos; así que la

parte difícil ya había pasado. Luego de unas cuantas horas de estar allí nos fuimos

finalmente a mi casa, donde nos recibió una de mis amigas con la cena que le había

pedido, pero para mi sorpresa, él me dijo que no tenía mucha hambre.


Gia hace lo mejor para que el nuevo chico en su vida se sienta comodo, se esfuerza con esmero buscando aprobación

Hoy me hace gracia ver lo mucho que me esforzaba. No estoy diciendo que esté mal

esforzarse, pero ni lo conocía bien, apenas nos estábamos viendo en persona por primera vez, y ya yo está dando casi que el 100 %, queriendo todo perfecto, cuando él estaba súper relajado.

Como yo tenía ese día libre de trabajo, nos arreglamos ya directamente para hacer un

pequeño Tour nocturno por la ciudad con mis amigas, algunas que ya él conocía de años atrás, y otras que sabían que yo estaba interesada en él y me acompañaron esa noche. El

típico “apoyo moral”. Qué bonito es cuando las mujeres nos unimos para compañarnos a empezar de nuevo; quizás esta no era la mejor forma de empezar otra relación, pero al fin y al cabo, de alguna forma se estaba cerrando ese ciclo tan devastador en el que tenía meses hundida.


Por supuesto que me puse la pinta más diosa que pude, y él tenía algo muy particular: ser

muy expresivo, tanto cuando algo le gustaba como cuando no; y me dejó muy claro desde

el principio que le encantaba como me veía. Él estaba intrigado y fascinado de la cultura

marroquí, de todo lo que estaba conociendo por primera vez, y yo estaba fascinada de ser

quien se la estaba mostrando.

Gia pasa la mejor noche de su vida con este nuevo chico, nunca había disfrutado tanto como ahora.

No paramos de hablar en toda la noche, me hizo reír un montón, por alguna razón me sentía demasiado cómoda y en confianza con él, y no paraba de darme cuenta de todas las cosas en las que sentía que éramos compatibles: el arte, la música, la cultura, el Show.

Puedo decir que ha sido una de las noches más divertidas de mi vida, sin yo ser la persona más fiestera ni nocturna por gusto, solo por trabajo; siento que por primera vez me había disfrutado una discoteca en TODA mi vida.

Y claro que mi mente empezó a idealizar. Recuerdo que pensaba “menos mal que la otra relación se acabó, porque no habría estado disponible para involucrarme con él”; empecé a imaginarme cómo sería, ahora que estaba segura de que mi jefe lo iba a contratar, trabajar juntos todo este año de contrato, y de salidas... y ¿por qué no? de fiestas.

Todo iba muy bien hasta que una de mis amigas se acercó a mí y me empezó a preguntar

sobre él: que cómo lo conocí, por qué estaba acá, qué hacía en el país donde estaba

residenciado, etc...y fue allí, cuando recordé que él acababa de terminar una relación y que

todavía estaba compartiendo su departamento con su ex; que no había buscado otro por

si le salía primero el contrato en Marrakech, así que al pasar este par de días él iba a

regresar allá con ella; y fue cuando la burbuja se me explotó.


Me dije a mí misma firmemente:

“No puedes tener nada con él hasta que regrese soltero y sin compromiso”; pero otra

parte de mí me recordaba que él me había dicho que ellos ya no estaban juntos y que solo

compartían el departamento hasta que sus cosas se aclararán, y pudiera saber si se

quedaba en ese país o se venía a Marrakech.

Una rivalidad interna de Gia, estar con el chico o no? Lo correcto o no tan correcto?

Estás 2 Gias luchaban internamente, pero la consciente cerró la discusión con estas

palabras: “pase lo que pase, esta noche al llegar a casa no te vas a acostar con él”, y la entiendo, no era justo para mí involucrarme de esa forma, y luego salir herida.


Seguimos disfrutando de la noche hasta que cerraron la discoteca, y nos fuimos a comer. Recuerdo que volví a aislarme un poco en mis pensamientos, y él igual lo volvió a notar, por lo que me preguntó si me pasaba algo; yo en ese momento no tenía la madurez para decirle realmente lo que sentía; la Gia de ese momento creía que poner límites y expresarse la podría hacer “perder” personas; así que le dije que obviamente no pasaba nada, y seguimos hablando y riéndonos un montón.


Ya llegaba el momento de irnos a casa y mis dos compañeras no dejaban de hacerme

caras y decirme que lo besara, que aprovechara que ya tenía “mucho tiempo” soltera y que

me lo merecía; yo les contestaba que no, que yo tenía que esperar. Así que al llegar a casa,

un poco alcoholizados, empecé a organizar mi habitación para dársela a él, tomar mis

cosas e irme a la habitación de una de ellas, pero cuando terminé de hacer esto y fui a

tocar una de sus puertas, las dos las habían cerrado con seguro y me dijeron que no me

iban a abrir.


La parte de mí que se había prometido no involucrarse más de lo necesario si se molestó;

pero la Gia idealizadora, la inmadura y un poco irresponsable, se alegró muchísimo;

porque iba a tener la excusa perfecta para quedarse con él.

El se asomó a preguntarme qué pasaba, y le dije lo que habían hecho mis amigas; y me

encantó ver la sonrisa que se dibujó en su rostro, los 2 sabíamos lo que iba a suceder.


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