Capítulo XX - Reconectando con pasiones
- Gianni Berroteran
- 3 feb 2024
- 4 Min. de lectura
Habían pasado un par de semanas desde que me hice la promesa de sostener el contacto
cero (tarea muy retadora, y que requerió de mucho compromiso con mi bienestar, a parte
de cuestinar las trampas de mi propia mente) y claro que viviendo en una ciudad en la que
los rumores volaban rapidísimo, aún me llegaba cierta información; pero yo me hacía
responsable de poner límites solo en lo que yo tenía el control: (a mi misma, a mis amigos
y en las redes sociales).

Claro que el soporte semanal que tenía en terapia, me daba las sacudidas que necesitaba para sacarme del papel de víctima, cuando volvía.
La misma tarde en la que mi jefe me puso la tarea de reclutar nuevos artistas para el
espectáculo, le comenté a una de las artistas de mi equipo de trabajo que necesitaba encontrar músicos, cantantes y bailarines con cierto perfil; y que necesitaba toda la ayuda posible para encontrar esos contactos. Ella, que es de mi país también, me dio el contacto
de algunas personas que encajaban en lo que mi jefe estaba pidiendo.
La verdad, tener esta tarea tan importante y alineada con mi pasión me dio un boost de energía de nuevo, empecé a conectar con mi propósito, en ese momento no sabía que era eso; yo simplemente me sentía súper bien por tener otra vez algo que me diera ganas de continuar.

Contacté a las personas que ella me recomendó, algunas dijeron que no, pero me recomendaron a otras, y pasé unas dos semanas hablando con artistas de diferentes partes de Latinoamérica y España, haciendo algunos castings virtuales, y haciendo negociaciones entre ellos y mi jefe para contratarlos.
La verdad se sentía muy bien que un empresario con tan buena reputación y un negocio exitoso me diera la confianza a mí, una extranjera de apenas 30 años, para algo tan importante y relevante.
Ahora me doy cuenta de que cuando estamos en duelo, o simplemente desconectadas de nuestro potencial y capacidades (heridas de infancia); los demás pueden ver tu brillo,menos tú misma por poner tu foco afuera de ti.
Lo interesante en esta historia, que va a empezar ahora, es que la vida siempre te va a
traer lo que necesites vivir para hacerte ver lo que te hace falta trabajar/sanar. Y como ya
yo tenía meses de terapia para sanar las heridas que dejó la relación con mi ex (y otras
que venían de mi infancia, pero no sabía), por alguna razón pensé que esto no me iba a
pasar de nuevo. Una parte de mí tenía razón, no pasó igual, pero se vino un año de
aprendizajes que no me dejó mi relación pasada.

Uno de los chicos interesados por venir a Marrakech como músico, se me hizo muy
interesante, porque sabía mucho de música, tenía un currículo como artista en mi país muy importante, tenía el look y la experiencia que mi jefe requería, y de verdad sentí que podría aportar muchísimo al espectáculo. De paso se mostraba muy interesado, estaba muy pendiente de cerrar el acuerdo; por lo que me escribía constantemente para hacerme
preguntas sobre el país, la ciudad, la cultura, el idioma, la religión, el espectáculo, lo que
hacíamos, etc...
Otros artistas que estaban interesados en venir y cerrar el contrato, también lo hacían,
pero con menos frecuencia.
Empezamos a hablar en enero, y ya para febrero que teníamos la idea más concretada, las
conversaciones pasaron de ser relacionadas al trabajo, a ser más relacionadas a la vida. En
ese momento no había intenciones románticas, de hecho, él estaba en una relación con
una bailarina a la que también le había hecho la propuesta de venirse a trabajar con
nosotros. Pero ella no estaba tan interesada.
Aún no se concretaba cuándo iban a traerlos a Marruecos, porque debían organizar
primero lo del papeleo, así que por un tiempo todo estuvo en Stand By. Ya teníamos las
personas seleccionadas y solo había que esperar; por lo que las conversaciones
empezaron a mermar. Y ahora que lo pienso, creo que tener esas conversaciones con él,
aunque al principio no tenía ningún tipo de intención romántica, me distraía y me hacía
sentir a gusto. Repito, me pareció una persona muy interesante y simpática para hablar de
temas artísticos.
Luego de unas tres semanas, sin saber nada de él, me escribió para preguntarme si tenía
información de mi jefe y de la fecha de llegada a Marrakech; le dije que aún esperaba luz
verde de parte de mi él para avisarle a ellos, pero noté que la forma en que lo preguntó
traía cierta sensación de apuro y preocupación, así que le pregunté si pasaba algo; él me
dijo que había terminado definitivamente con su pareja hace un par de semanas, y que
todavía vivían juntos por temas de poder costear el alquiler, pero que él ya se quería ir de
allí y que esto era una buena opción para hacerlo.

Enseguida sentí que me había alegrado lo que me había dicho; y no hablo precisamente de sus ganas de unirse a mi equipo de artistas, sino de saber que había terminado su relación. Pues como que algo me dijo: “ya puedes poner tu interés en él” En ese momento no lo veía, pero ahora veo tantas banderas rojas en esta situación; y te las voy a enumerar, por si tú tampoco las ves:
1-Hombre recién separado de una relación (esto lo hace no estar disponible
emocionalmente)
2-Hombre al que nunca había visto en persona, ni había conocido realmente, pero ya yo lo
había puesto en la mira como posible pareja.
Aún no se los he contando, pero yo me encargué de llenar todos los huecos de la
información que aún no tenía sobre él y que no me parecía importante recabar; en ese
momento, ya se había convertido en el foco de mi atención. Y es por eso que les digo que
a mi niña interior con herida abandono todavía le hacía falta aprender unas cuantas cosas.


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