Capítulo XLV - Un disculpa, una explicación y lazos mas fuertes.
- Gianni Berroteran
- 24 ago 2024
- 4 Min. de lectura

Retomar una dinámica luego de haberla evitado como si nada hubiera pasado es lo más irresponsable afectivamente que puedes hacer con el otro. El problema es que está tan normalizado en nuestra cultura que lo hacemos sin darnos cuenta, o lo aceptamos del otro sin chistar.
Lo podemos ver en la madre/padre que te hiere y luego actúa como si nada pasó sin asumir su responsabilidad, en la pareja que pelea y luego no toca el tema nunca más, en el pretendiente con quien te escribes mensajes, pero se desaparece y luego aparece como si nada pasó... pues yo estaba segura de que esa no quería ser yo. Además de que él no se lo merecía.
Nunca había estado tan consciente de actuar responsabilidad afectiva como en el momento en el que le escribí ese mensaje de buenos días.
Yo sabía que lo iba a leer unas horas después porque por diferencia de horarios yo me despertaba 6 horas antes que él (yo en Marruecos y él en Colombia). Así que cuando abrí los ojos me dispuse a escribirle un mensaje mostrando mi vulnerabilidad, no hay nada más auténtico que eso; y por primera vez en mi vida sentía que no era peligroso hacerlo, no solo porque en el tiempo que tenía conociéndolo él me había demostrado que tenía la empatía y madurez necesarias para no aprovecharse de eso, si no también porque yo reconocía mi propia capacidad de protegerme y sacarme de allí en caso de que pasara lo contrario.

No recuerdo el mensaje exacto, pero si que me disculpé por haber actuado extraño el día anterior, que no había sido justo ser tan cortante sin ninguna explicación y que con toda honestidad me asusté.
Le dije que me asusté porque nunca antes había tenido la oportunidad de conocer a alguien que se interesara genuinamente en mi sin la necesidad de yo hacer malabares para que me eligiera, y que como humana que soy mi primera reacción fue salir huyendo de lo desconocido, pero que pude darme cuenta (y que esperaba que no muy tarde) de que SI me gustaría darme la oportunidad de conocer algo distinto.
Por su puesto que con mucho miedo le dije que iba a entender si prefería que mejor no, porque esto había sido una bandera roja de mi parte y que tenía todo el derecho de elegir no hacerlo.
También recuerdo que solté el teléfono en mi cama y me fui a ocupar mi mente, o a intentar hacerlo porque a cada rato veía el reloj esperando que fueran las 11am a ver si ya había despertado y leído mi mensaje.
Mi amiga me hacía bromas sabiendo que estaba aterrada por la respuesta de él. Hasta que por fin escuché mi teléfono sonar.

Con mucho miedo abrí la conversación y para mi sorpresa su respuesta fue positiva. Me dijo que si le había parecido extraña mi conducta, que pensó que podría estarme pasando algo de lo que no tenía mucha confianza para contarle a él, y que iba a esperar a ver cómo seguían las cosas, y eventualmente preguntarme para tener claridad. También me agradeció por ser honesta y decirle lo que realmente había sentido, porque entonces él también podría ser honesto conmigo.
Me dijo que también tenía miedo, pero que eso no era malo, que era normal, pero que aún así quería seguir adelante porque también sabía que le gustaba mucho hablar conmigo.
Creo que nunca antes me había sentido tan comprendía y contenida por una posible pareja. Y sin ánimos de endiosar esto, porque la verdad es que debería ser el mínimo, la Gia se ese momento no lo había vivido y lo sentía como WOW.
Por su puesto me tocó aplicar mis aprendizajes y lo que iba aprendiendo de mis estudios: estar atenta a reconocer y apreciar las banderas verdes, pero no montarlas en un pedestal que luego me hicieran ignorar las posibles banderas rojas.

Retomamos las conversaciones incluso mejor que antes, porque esa es la belleza de la vulnerabilidad, mostrarte auténtico te hace conectar aún más profundo, pero solo con personas que tengan la madurez para hacerlo.
Incluso esto me permitió mostrarme tal cual como soy, sin buscar parecer interesante para él, lo que antes era un patrón que repetía siempre; me convertía en lo que el otro necesitaba o le gustaba para forzar la compatibilidad, y esta vez me sorprendí a mi misma no haciéndolo, aún sabiendo que esto podría hacer que no fuéramos compatibles, pero algo en mi sentía que era más importante serme fiel a mí misma que a otra persona que conocía desde hace tan poco tiempo.
Otra cosa nueva era que por primera vez sentía que me estaba sintiendo atraída por la forma de pensar de alguien, por sus valores, por su inteligencia emocional, por su forma de abordar la vida, y por su capacidad de hablar e interesarse por lo que yo pensaba también, sin minimizarlo o irrespetarlo.
Cuando has crecido con masculinidades inmaduras y negligentes, esto es algo desconocido, y de tanto en tanto salía mi niña interior a aterrarse; pero con mucha paciencia me aterrizaba, leía mis listas, y me decía a mí misma: “Ante lo desconocido siempre hay miedo, pero esta sensación de calma y certeza que él me da es la prueba de que vamos (por lo menos hasta ahora) por el camino correcto.

Comments