Capitulo XXXVIII - Un nuevo capítulo
- Gianni Berroteran
- 22 jun 2024
- 4 Min. de lectura
Acá empezó la lucha entre mi niña interior herida que se aferraba a la idea de que él “se daría cuenta” y mi versión de adulta consciente que de verdad quería hacerlo diferente. A veces una tomaba más el control que la otra...

Pero entiendo a mi niña interior, aferrarse a esa negociación la mantenía a flote, porque aceptar la derrota te lleva inevitablemente al dolor, y ya había sido suficiente con el año y medio de relación incierta.
Empecé a enfocar mis energías y tiempo en hacer contenido a full para mi nuevo instagram hablando sobre lo que estaba aprendiendo sobre relaciones de pareja, inteligencia emocional y finanzas; por su puesto que mucha gente que formaba parte de mi círculo cercano ya no resonaba con esta nueva versión de mi y dejaron de seguirme o frecuentarme, y para mi sorpresa no me importaba, a la Gia de un año atrás esto le habría dado mucho miedo y supuse que así se sentía ir madurando. Ya no me importaba que me dijeran que no había superado a mi ex y que debería dejar de hablar mal de los hombres, lo que no era para nada el caso.
Si es verdad que esa versión de 2020 de mi, aunque estaba aprendiendo y creciendo aún no tenía tanta asertividad y prudencia para decir lo que pensaba, y quizás la rabia que tenia era de ver como socialmente estamos tan cerrados a veces para hablar de estos temas, ya hay más apertura pero cuando empecé recibí mucho hate y críticas, sobre todo de la gente cercana a mi porque aún mi contenido no llegaba a muchas personas.
Pero me agradezco haber seguido porque conecté con mucha gente que se sentía entendida y escuchada por mi, lo que me empezó a dar un propósito diferente.
En ese par de semanas luego de su partida me llegaron noticias de la cadena de cruceros donde se suspendía hasta nuevo aviso el servicio en Europa por medidas del Covid, lo que me puso muy triste porque ahora si que sentía que mi tiempo en Marruecos había terminado y no podía irme, no estaba bien económicamente porque mis ahorros estaban desapareciendo luego de casi 6 meses sin poder trabajar. Una amiga marroquí a la que considero como una hermana para mi me invitó a mudarme a su casa para aligerar los gastos y hacernos compañía, lo que me ayudó muchísimo a navegar esa sensación de vacío y desolación tan típica del duelo, y aunque una parte de mi se esforzaba mucho por mantenerse positiva y ser una buena compañía, a veces no lo lograba.

Aunque había decidido silenciarlo en mis redes para mi paz mental y emocional, yo sabia que él veía mi cuenta así que muchas veces me caché haciendo contenidos con la idea de que me viera, lo que me llevaba a luego ver las visualizaciones de mis historias, y allí volvía de nuevo a la negociación y a molestarme conmigo; fue una época de mucha práctica de autocompasión y empatía con mi niña interior.
En terapia me moría de la vergüenza por admitir que aún caía en pensarlo y querer llamar su atención y mi terapeuta me ayudó a dejar de ser tan dura conmigo, pero sobre todo a aterrizar mis expectativas porque yo quería que él ya no me importara y sentirme super bien. y eso no es real, esto se llevaría un tiempo en el que quizás algunos días me costarían más que otros, y que siempre iba a poder reparar si me equivocaba.
Para ese mes de agosto mi terapeuta daría un taller sobre cómo establecer tus propios estándares y límites para construir relaciones más sanas, y yo no dudé en inscribirme. Siento que fue determinante para mi para dejar de percibir mi soltería como un castigo (porque aunque yo había decidido estarlo, para mi niña interior era lo peor que le podía hacer). Pude aterrizar lo que significaban estos conceptos y darme cuenta de que mis resultados en el amor hasta ahora eran consecuencia de no tenerlos claros, ni siquiera me había peguntado ni una vez si los tenía.
Así que por primera vez decidí hacer la tarea de ponerlos en papel, y aunque el síndrome del impostor me trató de sabotear diciéndome que lo que quería en una pareja era “demasiado”, con los recursos emocionales que ahora tenía pude hacerla a pesar de esto. Recuerdo que por primera vez también le di prioridad a características de personalidad y carácter a las que antes jamás se la habría dado, como: madurez emocional, vulnerabilidad, consistencia y acciones claras; pero también agregue cualidades físicas que aunque no eran indispensables, respeté que eran mi preferencia.

Una que llamó la atención de mi amiga fue que escribí que me gustaría que esa persona ya tuviera hijos (pero que fuera un padre responsable en su crianza y que estuviera presente
emocionalmente para ellos), le pareció rara esta cualidad y le expliqué que yo aún no estaba segura de querer ser madre y por primera vez lo estaba admitiendo, así que prefería a alguien que ya hubiese pasado por esta experiencia o que tuviera esto tan claro como yo. Y que, por su puesto. si era un padre responsable y presente esto me decía que tenia valores y principios solidos y por su puesto madurez.
Esta soltería con propósito se sentía diferente, ya lo empezaba a ver como un montón de posibilidades para mi y la oportunidad de sentirme llena sin esperar el mensaje de nadie que viniera a llenar vacíos con sus migajas...
Comments