Diario de una Naranja Completa - Capítulo VII
- Gianni Berroteran
- 28 oct 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 may 2024
Empecé a solo querer dormir, cuando dormía no era consciente de lo que estaba pasando
en mi realidad; en mis sueños todo seguía igual, por lo que despertar me ponía de muy
mal humor, me ponía muy triste darme cuenta de que él ya no era parte de mi vida.
Sentía que iba por la vida en automático; sin vivir el presente. Tenía ensayos con un equipo de trabajo de ensueño y multicultural, en un show en el que siempre había querido estar.
Por un lado estaba cumpliendo un sueño hermoso, pero mi vida empezaba a sentirse como una pesadilla.
Había un congreso de ritmos latinos muy importante para bailarines profesionales en el que me inscribí semanas atrás. Amigos que vivían en otras ciudades de Marruecos venían a Marrakech (la ciudad donde yo vivía y donde era el congreso de baile) para asistir juntos a esta experiencia.
Yo estaba con los ánimos por el suelo; ese día era la fiesta de inauguración del congreso, y este sería el primer evento al que ya no iría con mi pareja de siempre; me sentía muy rara.
De paso parecía ser la “noticia del pueblo”, la gente me miraba como si tuviese una
enfermedad; aunque también eso lo puedo entender por los 5 kilos que bajé en las
primeras semanas del duelo.
Mi mejor amigo me dijo que me vistiera, que me arreglara aunque me sintiera muy mal,
que esto me iba ayudar a sentirme mejor; y cuando estaba arreglándome para salir a la
fiesta recibí un mensaje de mi ex que decía:
“¿Vas a estar en la fiesta del congreso?”
Como ya les dije, estando en la etapa de negociación del duelo, que tu ex pareja te escriba
es el gran acontecimiento, enseguida se enciende la llama de la esperanza.
Le dije que sí, y su respuesta fue un simple: “OK”
Yo no podía quedarme con la intriga, así que le pregunté que por qué me preguntaba.
Y me dijo que “por saber”.
Si me sigues, me has escuchado hablar sobre el apego ansioso, que es esta forma de
vincularte con las parejas desde la ansiedad, hay una necesidad de saber todo,
reconfirmar todo y siempre hacer muchas preguntas.
Así que no me conformé con su respuesta y seguí insistiendo, porque me parecía muy raro
que solo me escribiera para eso.
Creo que insistí tanto, y ahora no estoy muy orgullosa de eso, que no tuvo más remedio
que decirme la verdad:
“Voy a salir esta noche y necesito saber dónde vas a estar para no coincidir”
Pum, puñal directo al corazón.
Se podrán imaginar que durante toda la fiesta de inauguración de este evento, que me
hacía tanta ilusión, me la pasé pensando en “con quién” iba a salir.
Mis amigos intentaban animarme bailando conmigo, intenté salir lo más sonriente en
todas las fotos, de verdad hice mi mayor esfuerzo, pero cuando uno está en duelo, su cabeza solo está en eso.
Ya me lo habían dicho, que lo habían visto en actitudes comprometedoras con una de las chicas del nuevo equipo de artistas donde ahora trabajaba.
Justo esa misma amiga de los dos, que me recibió el día de la ruptura en su casa con su mamá, me llamaba frecuentemente para contarme lo que veía, ya que ella seguía
teniendo mucho contacto con mi ex.
Lo sé, permitir que te hablen de tu ex mientras estás en duelo es una forma de
mantenerte en la etapa de negociación; y es un ciclo muy tóxico contigo misma porque
eso hace que constantemente pienses en esa persona, te preguntes a cada rato “qué hace
y con quién”; y eso te desconecta de ti, de tu vida y de tu realidad.
Pero claro, yo no lo sabía, más bien esperaba con ansias esas llamadas.
Era oficial, como me lo habían dicho, se había “soltado el moño” (expresión Venezolana
para decir que una persona esta haciendo uso de su libertad sin ataduras) y para mí
iniciaba un infierno emocional.
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