top of page

Diario de una Naranja Completa - Capítulo VI

Actualizado: 2 may 2024

¿Qué se hace para tomar una decisión tan definitiva como irte de la casa que compartiste

por tanto tiempo con tu pareja de 5 años?


Todo en mi gritaba: “quédate, si te quedas tienes la posibilidad de recuperarlo”.

Pero quedarme también representaba seguir perpetuando el sufrimiento, el sufrimiento

de verle ser indiferente a mí, el sufrimiento de no saber qué hacía ni con quién, el

sufrimiento de compartir una cama con una persona que ya no quería compartir su vida

conmigo.


Para mí fueron suficientes esas 2 semanas de sentir la angustia y la ansiedad más grande,

como para pararme un día y decir “basta”; si me quedo, yo estoy siendo cómplice de este

sufrimiento.

Un pelea interna sobre cual es la mejor decisión para Gia. ¿Habrá escogido la correcta?

Fue una conversación interna, muy difícil, muy complicada entre la parte de mí que

pensaba que si me iba podía significar perder toda esperanza, y la otra parte de mi que

pensaba que si me iba él podría extrañarme; y ahora que lo pienso, creo que fue desde allí

que tomé la decisión.


Cuando el camión de mudanza llegó al edificio de mi amiga, no sé de dónde saqué fuerzas para bajarme y en automático empezar a organizar las cosas para subirlas a su apartamento, me sentía extraña, me sentía fuera de lugar, me sentía desolada, como si nada me motivara; así como cuando nada de lo que se te presenta logra ser mejor que eso que dejaste atrás.


Nos comenzamos a instalar, y enseguida mi mente empezó a pensar en todos los contras

de haberme mudado allí: no era una zona céntrica, tampoco una zona bonita, el

apartamento era pequeño, conseguir transporte público era difícil, etc... y cualquier

cantidad de cosas que mi mente me decía para quizás convencerme de devolverme al

apartamento.


Pero para serte sincera, yo solo esperaba que me llegara un mensaje de él cuando se diera

cuenta de que ya yo no estaba allí; quería que leyera la nota que le dejé con el anillo de

compromiso y que se sintiera culpable.


De alguna forma, quería que sintiera el mismo dolor que yo estaba sintiendo, pero él

estaba demasiado ocupado viviendo una libertad que quizás estaba esperando

experimentar desde hace mucho.


Un mensaje de texto corto pero desgarrador, realmente no era lo que esperaba Gia...

Como a las 10:00pm recibí un mensaje que decía: “¿te fuiste?”.


Desde que habíamos terminado cada vez que recibía un mensaje de él mi corazón saltaba.


Le dije que sí, que necesitaba irme de allí, que ya no soportaba esta dinámica que teníamos tan diferente a lo que habíamos vivido durante cinco años; no mencionó lo del anillo, seguramente su dignidad no lo dejó hacerlo; me preguntó si yo estaba bien, y un

ápice de emoción, por sentir que le importaba, me llevó a decirle dónde y con quién estaba; pero luego la conversación quedó allí, y eso me hizo sentir aún más dolida, porque

me di cuenta de que haberme ido no le hizo sentir que perdió nada.


Creo que fue el momento en que entendí que realmente se había acabado; varias mujeres

de nuestro grupo de amigos, vinieron a acompañarme en la mudanza, a escucharme

mientras lloraba y descargaba mi rabia y mi dolor; tratando de entender con quién estaba,

qué hacía, si realmente no había marcha atrás, si había algo que yo pudiera hacer; me

costaba mucho aceptar que esta historia hubiese llegado a su fin luego de tanto empeño y

esfuerzo para que funcionara.


No podía ser el final, no tenía lógica para mí, qué podía hacer, qué tenía que hacer yo para

arreglar esta situación...


Después de tanto esfuerzo y dedicación. ¿Todo queda hasta aquí? ¿Es el final del camino?


ree





Comentarios


bottom of page