Diario de una Naranja Completa - Capítulo III
- Gianni Berroteran
- 30 sept 2023
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 2 may 2024

¿Hay alguien más?...
Le hice esa pregunta, sintiendo mucho miedo.
Una parte de mí quería saberlo, pero la otra no, porque sabía que sería muy doloroso si
contestaba que si.
Bajó la mirada, se tomó unos segundos, respiro profundamente y me dijo que no.
Yo quise aferrarme a esa respuesta, pero había una parte de mí que quería saber más, y le
pregunté si durante la relación hubo alguien más. Ahí se quedó pensando viendo
fijamente al clóset, volteó la mirada, me vio a los ojos y me dijo que sí, pero enseguida se
apresuró a decir que habían sido solo unos mensajes de texto.
Esa parte que no quería saber me decía: “no preguntes más, no preguntes más te va a
doler”, pero cómo contener a la otra parte que necesitaba saber quién era; así que se lo
pregunte. Su respuesta fue muy vaga y como tratando de no darle mucha importancia,
dijo: “una bailarina venezolana”.
Le pregunté si la conocía y me dijo que no, y yo le creí.
En ese momento sentía como el corazón, se me estaba cayendo a pedazos. 5 años en una
relación, 3 años de compromiso para casarme con una persona en la que confiaba
plenamente; tanto así que dejé escapar muchísimas banderas rojas, pero esperen que
todavía acá no me había dado cuenta de eso.
La sensación de vértigo y de estar cayendo al vacío eran cada vez más intensas; tenía
muchísimo miedo. En mi cabeza solo había una frase que repetía: “y ahora que voy a
hacer”. Mi relación lo era todo para mi, pero es que literalmente era el único vínculo que
yo me había dedicado a construir.

En ese momento me di cuenta de que quizás no tenía otros lugares seguros a los cuales acudir y se me hizo tan evidente la negligencia de atención por mi parte en esos otros vínculos.
Él tenía ensayo y se tenía que ir; yo no porque lo había cancelado para pasar el día con él ¿recuerdan?, así que ni siquiera tenía algo para ocupar mi cabeza.
Me acosté en la cama a llorar, sintiendo como mi mundo se caía a pedazos. A él solo se le ocurrió recomendarme llamar a una amiga en común para que me recibiera en su casa y me acompañara ese día, ya que trabajábamos juntas como bailarinas en el mismo dinner Show.
Lo que yo no sabía es que aquí comenzaría una historia de traiciones, secretos, mentiras,
manipulación y triángulo amoroso digno de una novela de Telemundo...

Comentários