Diario de una naranja completa - Capítulo I
- Gianni Berroteran
- 16 sept 2023
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 2 may 2024

Hoy voy unos 5 años atrás, el día que mi vida “perfecta” se derrumbó. El día que
comenzó mi tormenta
Para ese momento en 2018, regresaba a Marruecos (donde vivía desde 2015) de unas
vacaciones en Ecuador con la familia de mi novio, me regresé antes que él, porque me
habían ofrecido un trabajo soñado con una cadena de hoteles 5 estrellas, un SÚPER sueldo
en euros, y el puesto como artista principal de uno de los “dinner shows” más famosos de
la ciudad. ¿Qué más podía pedir?
Los ensayos fueron deliciosos, estaba en mi salsa, cantando y bailando en un súper
escenario con artistas de muchos países. Mientras esperaba a mi novio que llegaría en
unos días de Latinoamérica.
Nuestra dinámica estaba “bien”, lo digo así porque mi nivel de consciencia sobre las
relaciones en ese momento no era el que tengo ahora, así que evidentemente no veía
ninguna de las banderas rojas que, desde mucho tiempo atrás, estaban presentes en
nuestro vínculo. Así que yo súper concentrada en lo mío, solo esperaba su llegada porque
era una de las pocas veces que estábamos separados por tanto tiempo (2 semanas , que
nivel de drama😒)
El día que llegó, se acercó al camerino del show donde estábamos arreglando los últimos
detalles para empezar la temporada de verano. Al verlo, hice un alboroto como de
costumbre y me le lancé encima. Me besó, sonrío y se dirigió a saludar a las demás
personas que conocía, y enseguida lo llevé a conocer a las que no. Regresamos a casa a
nuestra dinámica de siempre, me había traído algunos regalos y fuimos a buscar a nuestro
perro Max, que estaba en la casa de una amiga.
Él tambien es Bailarin, y esta temporada (la primera en la que trabajariamos separados) le
ofrecieron trabajo como el primer bailarín hombre, en un “dinner show” estilo cabaret
reconocido de la ciudad, por tener un grupo de chicas muy Bellas y talentosas
conformando sus filas; y allí empezó todo, la cuenta regresiva hacia lo que llamo “mi
tormenta”.
Una parte de mi, que siempre había estado allí, a la que yo catalogaba como “celosa”
surgió de una forma que yo no conocía y dejaba al descubierto muchas heridas y traumas
de los que que nunca me había percatado, y que tampoco entendí en ese momento, pero
de eso hablaremos más adelante.
En medio de todo este proceso de cambio, donde empezamos a tener ensayos por
separado (por primera vez) también estábamos en cuenta regresiva para nuestro 5to
aniversario. Siempre fue una fecha importante para los dos, o al menos eso sentí los
primeros 3 años; ya para el 4to (y de eso me doy cuenta ahora) yo empecé a arrastrar la
relación para hacerla seguir, sintiéndome agotada, pero pensando que en algún momento
iba a cambiar y volvería a ser como antes 😒 ¿te suena familiar?
Para este momento, yo estaba planificando nuestro día de aniversario, iba a comprar una
torta, el regalo y a reservar una cena en uno de nuestros sitios de sushi favoritos. Pero
nuestros horarios eran diferentes así que tuve que preguntarle cómo estaría su día ese 30
de agosto para planificar todo bien.
Primera alarma de que algo andaba mal...
(O por lo menos, la primera que yo noté)
Con mucho desdén me dijo que no creía que pudiéramos hacer nada, porque tenía ensayo
todo el día. Cosa que yo sabía que era así; porque en mi caso era igual. Le propuse que
pidiera permiso por eso día para salir antes (como ya yo había hecho) y así poder hacer
todo lo que había planeado. Normalmente me habría dicho que si, pero esta vez me no
fue así. Acto seguido, muy decepcionada, empecé a decirle que era nuestro aniversario,
que no podíamos dejarlo pasar así, que no entendía porque no le importaba; Y un montón
de reproches desde mi dolor de no sentir que estuviera dando lo mismo que yo. Esta vez
esto no funcionó.
La mañana del aniversario desperté decidida a disfrutarlo aunque no pudiéramos hacer
todo lo que tenia en mente. Así que antes de irnos a nuestros ensayos, mientras
desayunábamos me acerqué al cuarto para felicitarnos e intercambiar regalos (como en
todas nuestras celebraciones). Pero su cara al verme con la bolsa en la mano no fue
precisamente de emoción.
Su respuesta fue “No Gia, ¿un regalo?”...
Él siempre fue de regalos, y cuando vi su expresión me percaté de que él no había hecho
ni organizado nada, y el corazón se me quebró, allí lo entendí...
Ya no quedaba nada.
Me paso. Cuando empiezas a sentirte como un bufon de la realeza, q hace piruetas, busca sacar sonrisas, salta en un pie, hace maromas , para q el otro vea toooodo lo q estoy haciendo para q vea q soy buena q me preocupo y q quiero q me retribuya siendo el de antes. Y ya esa carga te empieza a pasar factura y te empiezas a sentir como agotada.
Por lo menos tuvo el valor de decírtelo yo llevo 2 relaciones en mi vida, no se cual de los 2 fue peor total creo que muchas veces siento que no